
En el marco del Sistema de Gestión de la Calidad, las decisiones en las diferentes áreas de la entidad se adoptan siguiendo un enfoque basado en procesos, la gestión de riesgos y la mejora continua. Para ello, cada procedimiento contempla:
Recolección y análisis de información: Se parte de datos objetivos, indicadores de gestión, resultados de auditorías internas, retroalimentación de los grupos de interés y revisión de los procesos.
Participación y consulta: Se promueve la comunicación y coordinación entre las áreas responsables, garantizando que las decisiones se tomen de manera colegiada y alineada con los objetivos estratégicos de la organización.
Evaluación de riesgos y oportunidades: Antes de definir la decisión, se identifican los posibles impactos, riesgos asociados y beneficios esperados, a fin de mitigar efectos adversos y potenciar resultados.
Documentación y trazabilidad: Toda decisión relevante se formaliza en actas, informes o registros dentro del SGC, asegurando transparencia, trazabilidad y disponibilidad para futuras consultas o procesos de auditoría.
Implementación y seguimiento: Una vez adoptada la decisión, se planifican las acciones, se asignan responsables y se realiza seguimiento mediante indicadores y mecanismos de control establecidos en el SGC.
Evaluación y mejora: Las decisiones se revisan periódicamente en el marco de la mejora continua, ajustando los procedimientos cuando sea necesario para fortalecer la eficacia del Sistema.
De esta manera, las decisiones en cada área no son aisladas, sino que responden a un marco institucional definido por el SGC, garantizando coherencia, efectividad y alineación con la misión y los objetivos estratégicos de la entidad.